lunes, 20 de diciembre de 2010

N'derecò artillero




Hoy que esta a la orden del día el tema de los inmigrantes y después de varias semanas de sentir hablar de bolivianos y paraguayos,
me empecé a acordar del Paraguay, país en el que mi familia vivió como inmigrante, allá por los años 1968/69.
Fue una época de mi infancia que se me quedó grabada a fuego. A mí y a mis hermanos. En esa Asunción tropical, y colonial y siestera y exótica, donde todo
era raro y distinto. Nos trataron bien los paraguayos, mas allá de algún "curepí tembó" "añaracope...", todo bien, nos querían bastante a los argentinos.
Mi viejo dirigía el corte de madera en el monte, para exportar a la Argentina, por cuenta de una empresa , de cuyo nombre no quiero acordarme. Esa es otra historia...
Nos contaba anécdotas de lo más increíbles y graciosas, de cosas que pasaban en el monte, cuando se quedaba a dormir en el campamento, con los capataces y peones. Por ejemplo como se ratoneaban de noche, escuchando a las locutoras de radio argentinas, como Betty Elizalde  "cha que lindo que hablan laj curepí Don Lionel"  Del cocinero maricón , que alguien había tenido la mala idea de contratar para el campamento y que al final hubo que echarlo porque era... unesscandalo!...
O mi viejo diciéndole a los tipos "che,  pero cuanto perejil que tiene este mondongo"  perejil? jua juá,... perejil don Lionel?
Hasta que bueno, el viejo no quiso pagar una coima y la cosa se puso muy pero que muy jodida con los milicos. Nos salvamos de pedo, gracias a un pariente y a un amigo paraguayo que nos sacó de allí a toda prisa, prácticamente con lo puesto, y se consiguió llegar al ferry, a Itá Enramada, justo por los pelos. Si no, hubiéramos igual vuelto, pero flotando por el Paraná.
Pobre el Paraguay , que historia trágica que le tocó. y que parte poco noble nos toca a nosotros los argentinos en ella. Y que justifican versos tan tristes

¡Llora, llora urutaú
en las ramas del yatay,
ya no existe el Paraguay
donde nací como tú ?
¡llora, llora urutaú!

Y eso me llevó a acordarme también del Pelao,  que hizo un trabajo sucio,  pero necesario, y que alguien tenía que hacerlo.


Hoy, lejos los tiempos del personaje al que esta polca le canta con engañosa dulzura, el Paraguay, sin embargo es el país de la región que sufre el mayor peligro de involución conservadora, antidemocrática y pro norteamericana. Hay que vigilar al Paraguay, hay que cuidarlo. El futuro de todos depende también de lo que pase en Paraguay. Del mismo modo que no podemos quedarnos tranquilos, no podemos estar satisfechos, no podemos y no debemos permanecer ajenos  al problema de los argentinos que no tienen un trabajo, un techo, o un plato de comida. Porque el futuro de todos nosotros depende de eso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

I never thought I would agree with this option.

Jorge dijo...

?? which one?